La revocatoria es el derecho constitucional a la participación política que posibilita la destitución de alcaldes y regidores. Los plazos para adquirir los kits electorales y presentar solicitudes de revocatoria vence el 26 de setiembre y 21 de noviembre, respectivamente. Si bien, las solicitudes no requieren expresión de causa, no es menos cierto que estas tienen móviles muy claros, fundados básicamente en tres razones: (1) la insatisfacción ciudadana por la ausencia y calidad de los productos, (2) el pésimo manejo de las relaciones autoridad-vecino, afectando la reputación, y (3) la desacertada comunicación no sólo de sus titulares sino de toda la plana gerencial de los funcionarios. Lo cual puede ser hábilmente utilizado por la oposición. (1) La falta de inversiones y la mala calidad de los bienes, obras y servicios públicos, se debe a la ineptitud e inexperiencia de funcionarios carentes de una orientación estratégica de las políticas públicas, evidenciadas en la ausencia de visión sistémica de los problemas, proponiendo soluciones aisladas e ineficientes, pensando más en cumplir metas para recibir incentivos económicos que en satisfacer honestamente las necesidades públicas. Dentro de esta también se considera el maltrato y la falta de respeto en la atención que recibe el público, e infravalorando la medición del grado de satisfacción y sus expectativas. (2) La segunda, la más letal, evidenciada en la falta de contacto directo del alcalde con sus vecinos, y en general con los grupos de interés ciudadanos y audiencia objetivo, perdiendo credibilidad y la posibilidad de obtener información de primera mano, tal vez por soberbia o indiferencia, alimentada por la fingida aprobación de funcionarios improvisados que solo les interesa cuidar su puesto de trabajo antes de abordar con coraje recomendaciones y soluciones lícitas. Un alcalde inteligente se rodea de personas que le digan lo que se debe hacer, lo que terminará blindándolo. Especialmente porque hay una necesidad imperiosa de satisfacer: los vecinos desean ser escuchados y con el correspondiente seguimiento que se derive; si no explotarán sus emociones. Ello contribuye a introducir oportunamente ajustes o cambios necesarios para el logro de los resultados y ofrecer productos de calidad a la población. (3) Finalmente, deben tener claro el titular y sus funcionarios que, la comunicación de gobierno no consiste en tomarse fotos sonriendo, sino en construir, usando los canales disponibles, mensajes que generen consensos, con énfasis en el cambio, la acción, los resultados y el compromiso. Tampoco ignorar que, todo aquel que tiene contacto con el público es un mensajero y vocero; sin embargo, no están instruidos siquiera en el manejo de crisis. Urge implementar una estrategia. El 08 de junio del 2025 está cerca…
Director Periodístico:
EDGARD NAOLA ORDOÑEZ