Es muy usual entre las autoridades y funcionarios municipales a ser muy renuentes a tomar decisiones; muchas veces optan por recomendar, dar 2 o 3 posiciones y esperar que decida el alcalde. Sin embargo, hay momentos en que estas decisiones deben de partir de los funcionarios y es allí donde nos topamos con una incapacidad para decidir. Esto no es un defecto; en realidad puede ser una condición del ser humano debido a su capacidad racional. En realidad, si uno se pone a pensar, son pocos los casos en nuestra vida en los que uno toma decisiones; muchas veces dejamos que sea el destino, otros o el discurrir de la vida que decida por nosotros. Sin embargo, a los funcionarios municipales se les paga por resolver y por tomar decisiones, y ese es el día a día. Las decisiones se pueden tomar por intuición, pero cuanto más rigor haya en las mismas mejor que mejor. Incluso en las decisiones de emergencia, cuando más soportada este la decisión, en análisis y datos, más información soporte el análisis de alternativas mayor posibilidad se tendrá de que la decisión logre los resultados esperados. Cuando tomamos decisiones, siempre debemos de tener un objetivo, y en la medida de lo posible, mejor usar una metodología para abordarlos. Identificar el problema, con un análisis riguroso del origen. Detectar las alternativas posibles para su solución. Proyectar los resultados posibles de las distintas alternativas y las posibles consecuencias dentro del contexto. Elegir la alternativa que mejor resultados proyecto conseguir. Controlar la ejecución de la alternativa, marcar responsable y fecha de ejecución. Y Evaluar si tras la ejecución realmente los resultados obtenidos han logrado los resultados esperados y si ha resuelto el problema correctamente. Es la hora de tomar decisiones y lograr objetivos de gestión en bien de los vecinos.
Director Periodístico:
EDGARD NAOLA ORDOÑEZ