Oswaldo Carpio Villegas, analista político y consultor en gestión pública, hace un análisis sobre la potencialidad que se le debe dar a las playas y el entorno de la Costa Verde que está en nuestra ciudad capital de Lima Metropolitana. A continuación revelamos su opinión.
El Colegio de Arquitectos – Regional Lima encabezado por su decano, Arq. Jorge Ruiz de Somocurcio ha realizado un encuentro de alcaldes y autoridades de la Costa Verde. ¿Cuál es su punto de vista al respecto?
Ha sido una excelente iniciativa que ha puesto en la agenda de Lima un tema estratégico para la megalópolis (Lima-Callao), la ciudad en la que habitan más de once millones de personas, población a la que si le sumamos el 1,1 millón de refugiados e inmigrantes venezolanos, supera los 12 millones de habitantes. Sin duda, ni el Gobierno Nacional y tampoco los gobiernos locales, pese a todos los esfuerzos, siguen sin comprender la importancia estratégica de Lima ubicada en el centro del litoral del Pacífico Sur de Sudamérica. Con la Ciudad Aeropuerto Jorge Chávez, del tamaño del distrito de Miraflores: 10 kilómetros cuadrados, la nueva inversión en el Puerto del Callao, alrededor de 400 millones de dólares y la inversión en Chancay por más de 3 mil millones de dólares, cuando esté terminado, con el Periférico Vial Norte, 3400 millones de dólares, la Línea 2 del Metro de Lima concluida en el 2028, será la ciudad más importante de la Costa de Sudamérica y Centroamérica. Un pensamiento demagógico atribuye a Lima todos los males del Perú. La idea del “centralismo limeño” sigue siendo la mirada del resentimiento, la demagogia, la ignorancia y el fracaso.
¿Cuál es la situación actual de la Costa Verde?
Estamos ante un retroceso colosal frente a lo que se hizo a fines del siglo pasado y los primeros años del nuevo milenio. En el año 1995, Alberto Andrade, entonces alcalde de Miraflores, promueve la iniciativa privada que dio vida al más visitado de los centros comerciales del Perú, con cuatro millones anuales de visitantes peruanos y foráneos. Desde entonces, hace prácticamente tres décadas, no ha habido una nueva inversión privada de calidad en la Costa Verde. Ya Alberto Andrade con una visión democrática de la ciudad, había iniciado el riego por goteo en los acantilados de Miraflores, construyendo una planta de tratamiento de aguas servidas para el riego de los acantilados y su entorno, recuperando el Parque Central, construyo el Parque del Amor y el Complejo Deportivo Niño Héroe Manuel Bonilla. En siete años de gobierno en Miraflores, Fernando Andrade, continuó en sus gobiernos municipales (1996 – 2002) construyó el más grande parque sobre el acantilado, desde el límite de Miraflores con Barranco hasta San Isidro. Lo que ha venido después son obras menores que han aportado poco. Los Andrade en trece años aportaron en hacer realidad el sueño del arquitecto Ernesto Aramburú: crear kilómetros de playas y hacer verde la costa marrón. Fueron 13 años de desarrollo bajo una misma idea democrática y de trabajo de un equipo político y técnico con fuerte liderazgo.
¿Qué es, en realidad, la Costa Verde?
Es uno de los grandes sueños del arquitecto Ernesto Aramburú que se ha ido haciendo realidad a lo largo de medio siglo desde el momento que se inició la construcción del Paseo de la República por Luis Bedoya Reyes alcalde de Lima -1963-1969- que bajo el plan del arquitecto Aramburú empezó a hacer realidad el sueño de la Costa Verde. Se depositó decenas de miles de toneladas de piedras del “zanjón”, se construyeron rompeolas formándose de esta forma el actual litoral que unilateralmente se ha transformado en una vía de tránsito rápido de Lima traicionándose la visión y la acción del siglo pasado. La Costa Verde y sus playas son un artificio, una creación de la mente humana. El mar llegaba hasta el acantilado. Existían las playas de Chorrillos y Barranco a las que se fueron sumando las demás. Lo que hay de verde lo empezó Alberto Andrade con el riego por goteo y por aspersión, sembrándose árboles y plantas trepadoras. Lima había vivido de espaldas al mar y sigue haciéndolo. Hacer de la Costa Verde una vía rápida, ha sido, lo reitero, una traición al sueño de Ernesto Aramburú que la concibió como un gran espacio urbano destinado a la recreación, el deporte, cultura, turismo, vivienda, restaurantes y grandes espacios públicos y privados. La presencia de miles de surfistas de toda condición social en Miraflores y Barranco es expresión de la vitalidad humana en la Costa Verde.
¿Cuál es la situación actual?
El Plan Maestro de la Costa Verde -1995- sigue vigente. Tenemos hoy una maraña legal y burocrática para realizar una inversión privada o pública. Se superponen las autoridades y su vocación de poderío -leyes, disposiciones, sellos y escritorios-. Por otro lado, desde el ámbito geográfico y del territorio, vivimos una continua y grave pérdida de playas por la falta de mantenimiento de los antiguos rompeolas y la nula construcción de nuevos. Los acantilados se erosionan por acción del viento y la humedad pese a que es un desafío que tiene soluciones técnicas. Se han perdido playas y se han empedrado al haberse dinamitado La Herradura y construido el Yatch Club de Barranco. La corrupción ha sido otro de los problemas y no hay que ocultarlo.
¿Existe una autoridad de la Costa Verde?
Formalmente sí y está conducida por la MML y los alcaldes del litoral. Como las alcaldías han funcionado como feudos se ha ido perdiendo liderazgo por la falta de visión, compromiso real, planes, inversiones y proyectos. El formato de la autoridad de la Costa Verde es el origen de que aún sigamos viviendo de espaldas al mar y que los gobiernos nacionales no tengan compromiso. El desarrollo de la Costa Verde está, prácticamente, paralizado y en retroceso tal como señalaron los alcaldes de Chorrillos, Miraflores, San Isidro y Magdalena.
¿La Costa Verde está expuesta a desastres naturales?
Todo el Perú es un espacio sísmico. Pero, hay que derrotar las visiones catastrofistas y apocalípticas que predican el desastre y, por otro, se quejan de la ausencia de obras. Lo inmediato, es que se cree una verdadera autoridad con poder, que centralice y tome decisiones, que abra las puertas a las inversiones privadas y públicas alrededor de un Plan Estratégico. Autoridad, Plan Estratégico, liderazgo y acción. Lo primero es impedir que se sigan destruyendo las playas y los acantilados. Eso es urgente. El Plan debe considerar que todos los distritos de la nueva Costa Verde – debe unir todo el litoral hasta La Punta en el Callao- podrían crecer y dinamizarse con el turismo que es uno de los mejores mecanismos para reactivar la economía, crear empresas y empleo, construir viviendas, etc. Iniciativas y proyectos privados existen pero están paralizados por la burocracia y legislación engorrosa. El estatismo burocrático es el peor enemigo del desarrollo del Perú. Lima es un mendigo sentado en una Costa Verde de Oro.
Director Periodístico:
EDGARD NAOLA ORDOÑEZ